lunes, 7 de enero de 2013

Hablemos del Blues


La cuna del blues se remonta a principios del siglo XX y hunde sus raíces en el rico repertorio de canciones paganas y religiosas que entonaban los esclavos provenientes de África, en las plantaciones de algodón, tabaco y maní del sur de Estados Unidos. Esta música, que utilizaba para pedirles favores a las deidades y expresar sus desdichas ante la pérdida de su libertad, se extendió rápidamente y se transformó en un sonido urbano: el blues. 





Su temática abarcaba desde la mala fortuna del negro tanto en su trabajo como en su vida social, hasta sus problemas sentimentales. En el shout ( grito desgarrador de los cantantes de color) se encierran las preguntas y respuestas sobre la vida de todo un pueblo africano encerrado en el continente estadounidense, cuya primera manifestación musical radica en el canto evangélico, (gospel

Es la herencia viva de quienes vivieron en la pobreza, la persecución y el trabajo duro, experimentando a partir de entonces el amor y la traición, la santidad y el pecado, el placer y el dolor del sexo, la tragedia, la cárcel, la risa, la ebriedad, la desesperación y la pura alegría.         



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